En el vaso de una batidora, ponemos un mango pelado y troceado, un buen chorro de zumo de limón, una cucharada de miel, 50g de azúcar blanco, una pizca de sal y nata líquida. Batimos todo muy bien.
Lo metemos en la nevera y dejamos enfriar durante 2 horas.
Cuando se haya cumplido ese tiempo, abrimos y lo vertamos en otro recipiente estilo tupper.
Removemos la mezcla de vez en cuando. Dejamos congelar otras 4 horas.
Servimos. De topping podemos usar una ralladura de coco, unos arándanos frescos o un sirope de chocolate, al gusto.