Cortamos todas las verduras en trozos pequeños, preferiblemente en juliana. La cebolla en aros.
A continuación, haremos la mezcla de la tempura. Batimos los huevos con agua muy fría y luego añadimos la harina. Mezclamos bien hasta crear una masa semilíquida.
El truco es que el agua esté muy fría, de nevera, si puede ser, enfriada incluso con cubitos de hielo.
Una vez lista, la utilizamos enseguida.
Vamos rebozando cada pieza de verdura en esta masa y, a continuación, freímos.
Para freír, utilizaremos una sartén con abundante aceite de girasol, y muy caliente, a 180º C.
Freiremos poca cantidad cada vez, hasta que estén doradas.